El ingreso al mercado laboral se ha ido poniendo más difícil. Quienes han estado empleados largo tiempo, y quedan cesantes, comprueban esto con cierta angustia. Antes habían conseguido empleo con rapidez; o hasta los habían llamado para ofrecerles un cargo, y ahora se dan cuenta de que la situación ha cambiado.
El mercado laboral está más exigente. Si antes había bastado una entrevista, ahora debe llenar más papeles, pasar por más entrevistas, tener antecedentes de todo tipo limpios, y como remate lo envían a un examen psicológico.
A esto hay que sumarle que han pasado varios años, por tanto la persona tiene más edad, lo que contribuye a hacer más difícil el asunto. Y para terminar de complicar las cosas, hasta para hacer el currículum hay ahora varios formatos diferentes, lo que puede confundir. Incluso los “pitutos” no tienen la importancia de antes, por la sencilla razón de que las empresas, para ser más competitivas, deben elegir los mejores candidatos antes que los “apitutados”. Por otra parte, quien busca empleo por primera vez se topa con la fuerte barrera de que le piden experiencia. Es decir, para nadie es una tarea fácil conseguir empleo hoy en día, lo que puede traer al corto plazo cierta desesperanza y sentimientos negativos o depresivos.
La búsqueda de empleo debe ser enfrentada como una tarea profesional, que requiere por lo tanto una buena estrategia que permita conseguir el triunfo, en un mercado en donde se está compitiendo con muchos otros. Y al transformar la búsqueda de empleo en una estrategia, las cosas deben hacerse bien, desde la confección del currículum, hasta prepararse para las entrevistas. La palabra clave en la búsqueda de empleo es la proactividad. Ser activo, insistente, dispuesto a hacer un esfuerzo, prepararse, etc.
Hay cinco fuentes principales para la búsqueda de empleo. La primera fuente es leer el avisaje en el diario, tanto en las páginas centrales como los avisos económicos. Una segunda fuente es recurrir a la red de contactos; la red de contactos comprende ex jefaturas, amigos, parientes, conocidos, ex profesores, etc. Mientras mayor sea, mejor. Es muy importante entender que esto no es “pituto”, pues nadie hoy en día le daría un empleo por hacerle un favor. En esta red de contactos muchas veces surgen además buenos datos, algunos vigentes y otros que se están gestando.
Una tercera fuente potencial para conseguir empleo es la postulación espontánea. Esto consiste en hacer un listado, lo más exhaustivo posible, de todas las empresas que podrían contratarlo de acuerdo a los estudios y la experiencia, y luego armarse de paciencia y comenzar a repartir los currículums. El ideal es tratar de entrevistarse con el jefe de personal o quien corresponda, y entregarle el currículum personalmente, pero si esto no es posible, igualmente deben dejarse los papales y tratar de volver o llamar por teléfono. Por este medio he conocido personas que antes de una semana encontraron trabajo.
También como opción de reciente aparición puede mencionarse internet. Hay cada vez más páginas a las cuales se pude enviar el currículum, y es cada vez más frecuente que respondan y llamen al candidato a una entrevista. Además, algunas grandes empresas han abierto en su propia página web una sección en donde reciben currículums.
Las postulaciones usando internet están aumentando en forma bastante rápida. Finalmente, podemos mencionar la posibilidad de entregar los antecedentes en la oficina de colocaciones que tiene cada municipalidad.
Cualquiera sea la fórmula, lo principal es mantener una mentalidad positiva, una actitud activa de búsqueda, y tener confianza en sí mismo.
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