En una investigación sobre los temores que tienen los norteamericanos, se encontró que el mayor miedo es a hablar en público. Más que volar en avión, que la muerte y las enfermedades, que las alturas, y aún que ciertos insectos. Parece extraño que así sea, pero esta realidad la podemos constatar fácilmente en nuestro propio medio si preguntamos lo mismo a los demás. O tal vez nos baste recordar lo nervioso que nos poníamos cuando nos tocaba disertar en el colegio. Lo cierto es que el temor a hablar en público es un miedo muy extendido.
Las causas de esto no están del todo claras. Hay varios factores que inciden. En primer lugar creer que será imposible dominar el tono y la expresión. En segundo lugar el temor a bloquearse y no poder continuar. En tercer lugar, y quizás el principal, el miedo al ridículo. La inseguridad personal es otro factor que genera miedo, así como considerar que nuestros argumentos serán refutados por falta de consistencia. También el temor de sentirse evaluado y "salir mal". Finalmente, parte del temor puede deberse al hecho de enfrentar a un público numeroso, desconocido y/o desagradable.
En mi experiencia profesional, aún personas con cargos altos en las empresas sienten temor de hablar en público, y en unas cuantas oportunidades he recibido a personas sin ningún problema psicológico, que solamente venían a mi oficina para aprender a enfrentar el público y vencer el pánico asociado. Hay quienes sienten miedo a hacer un simple "salud" en una comida, o hacer un brindis en una ocasión más solemne, y para qué decir dar un discurso de fin de año a sus trabajadores.
Esto puede repercutir severamente en su capacidad de liderazgo, porque el liderazgo se expresa a través de la comunicación y la persuasión. Puede haber líderes ciegos, sordos, en silla de ruedas… pero no mudos. No sé de ningún líder que no pudiera hablar y expresarse en público. La elocuencia y la oratoria son destrezas básicas del liderazgo, que hasta ahora no han sido quizás debidamente dimensionadas ni tomadas en cuenta. Ser un buen orador no significa ser un líder, pero sin oratoria no puede existir un líder.
Por lo demás, en las organizaciones modernas que trabajan con el paradigma del liderazgo, se manifiesta cada vez más la necesidad de que los supervisores y ejecutivos superiores, que ocupan cargos de liderazgo, logren motivar a sus subalternos a través de discursos, "arengas", persuasión, etc. El impacto que puede tener un buen discurso en los trabajadores, en un equipo de trabajo o en un auditórium, es enorme, en términos de motivación, de lograr compromiso, de despertar lealtad, y de motivar. Y consecuentemente, esto lleva a aumentar la productividad.
Tanto el temor a hablar en público como la posibilidad de ser un buen orador son aspectos que pueden superarse y desarrollarse, para lo cual hay varias técnicas. Sin embargo, jamás he visto que en un curso de liderazgo -tan de moda por lo demás- se incluya este aspecto.
Desde el uso de metáforas, las figuras retóricas, la prosodia de la voz, hasta el uso de las manos y del espacio físico, todo es importante en la oratoria. Pero lo esencial es la elocuencia y la persuasión, porque el líder, a través de su discurso, debe entregar un mensaje que movilice las energías del auditórium para el logro de la meta que plantea. Jamás una instrucción escrita -ni menos un mail- podrá reemplazar a un buen discurso.
Ha habido discursos de líderes que han cambiado la historia, e incluso algunos están registrados. Un buen discurso permite al líder traspasar su propia visión en una meta atractiva que después todos compartirán. Por medio de una buena oratoria puede lograr despertar emociones profundas, que serán las que aporten la energía necesaria para concretar los objetivos anhelados. HBC
1 comentario:
INTELIGENCIA EMOCIONAL
Video demostrativo sobre la inteligencia emocional.Junto a otra colega (Ingrid Bussenius
T.)exploramos el tema, definiendo qué es la Inteligencia Emocional, y clarificar su importancia en la vida laboral, en una comparación con la inteligencia cognitiva.El tema de IE es hoy revelante en las empresas; el origen del termino se basa en el libro de
"Daniel Coleman"
Creo que "el libro" es de gran ayuda para el LIDERAZGO Y ORATORIA.
SALUDOS
PY
Publicar un comentario