Conducir un vehículo requiere de una serie de destrezas que debe poseer el conductor, pero que rara vez se dimensionan en su justa medida. Por esta razón, en otros países obtener licencia de conducir constituye un gran logro, que aquí en Chile no valoramos todavía en forma suficiente. En nuestro país pensamos que el examen de conducción es casi “un trámite”, y sin embargo es en realidad un examen. Esto explica por qué tanta gente al salir rechazada en el examen de conducción, se irrita y se creen con derecho a agredir o quejarse.
Entre las características necesarias mínimas que con necesarias para el manejo se cuentan algunas de tipo físico, de tipo psiconeurológico, y de tipo psicológico propiamente tales. Entre las primeras está en primer lugar la visión y el oído, que comprenden varios aspectos, especialmente la visión: agudeza visual, visión normal de colores, visión de profundidad, y reacción rápida al encandilamiento.
Entre los factores psiconeurológicos se puede citar la coordinación visomotriz, que significa ser capaz de coordinar acciones donde intervienen la vista y las manos, como por ej. al virar rápido. También en este ítem debe mencionarse el tiempo de reacción, es decir el tiempo en que se demora el conductor en reaccionar a un estímulo, contado desde el momento en que percibe una situación de emergencia; ejemplo de esto es frenar cuando se vislumbra un peligro.
En el terreno psicológico propiamente tal, hay varias condiciones que deben darse, pero que en general pueden englobarse en lo que se llama “normalidad psicológica”. En estas características de normalidad psicológica debe incluirse en primer lugar una inteligencia normal. Contar con una inteligencia normal garantiza hasta cierto punto que el conductor podrá evaluar mentalmente en forma correcta ciertas situaciones propias del manejo, y asimismo ir aprendiendo de la experiencia. Otro factor netamente psicológico es tener una personalidad más o menos equilibrada. Esto significa un buen ajuste, y no tener rasgos que sean contrapuestos con la conducción, entre los cuales están una propensión a la agresividad, la tendencia a transgredir y no respetar las normas, un excesivo nerviosismo, o alguna alteración psicológica.
En este mismo sentido, la capacidad de autocontrol es fundamental, porque en cualquier situación de emergencia, el conductor tiene que responder de la mejor forma posible, sin sufrir un bloqueo nervioso que lo paralice. Otra condición imprescindible es tener un estado de alerta mental adecuado, o lucidez de conciencia. El estado de alerta puede verse afectado por muchas cosas, como el alcohol y las drogas, pero también por un exceso de sueño, o cuando la persona está sometida a un estado emocional muy fuerte, como puede ser una preocupación, un estrés, o una depresión.
Finalmente, deben mencionarse otros dos factores que contribuyen a una conducción segura: en primer lugar el conocimiento que debe tener el conductor del reglamento del tránsito, y en segundo lugar la capacidad para interpretar las señales viales, que -por increíble que parezca-, un importante porcentaje de conductores no sabe interpretar. En efecto, no saben interpretar los letreros camineros, como un aviso de puente, un aviso de altura máxima, una señal de pendiente pronunciada, o las líneas del pavimento. Estos conductores son verdaderos “analfabetos viales”, que potencian la posibilidad de un accidente, especialmente en las carreteras.
Entre las características necesarias mínimas que con necesarias para el manejo se cuentan algunas de tipo físico, de tipo psiconeurológico, y de tipo psicológico propiamente tales. Entre las primeras está en primer lugar la visión y el oído, que comprenden varios aspectos, especialmente la visión: agudeza visual, visión normal de colores, visión de profundidad, y reacción rápida al encandilamiento.
Entre los factores psiconeurológicos se puede citar la coordinación visomotriz, que significa ser capaz de coordinar acciones donde intervienen la vista y las manos, como por ej. al virar rápido. También en este ítem debe mencionarse el tiempo de reacción, es decir el tiempo en que se demora el conductor en reaccionar a un estímulo, contado desde el momento en que percibe una situación de emergencia; ejemplo de esto es frenar cuando se vislumbra un peligro.
En el terreno psicológico propiamente tal, hay varias condiciones que deben darse, pero que en general pueden englobarse en lo que se llama “normalidad psicológica”. En estas características de normalidad psicológica debe incluirse en primer lugar una inteligencia normal. Contar con una inteligencia normal garantiza hasta cierto punto que el conductor podrá evaluar mentalmente en forma correcta ciertas situaciones propias del manejo, y asimismo ir aprendiendo de la experiencia. Otro factor netamente psicológico es tener una personalidad más o menos equilibrada. Esto significa un buen ajuste, y no tener rasgos que sean contrapuestos con la conducción, entre los cuales están una propensión a la agresividad, la tendencia a transgredir y no respetar las normas, un excesivo nerviosismo, o alguna alteración psicológica.
En este mismo sentido, la capacidad de autocontrol es fundamental, porque en cualquier situación de emergencia, el conductor tiene que responder de la mejor forma posible, sin sufrir un bloqueo nervioso que lo paralice. Otra condición imprescindible es tener un estado de alerta mental adecuado, o lucidez de conciencia. El estado de alerta puede verse afectado por muchas cosas, como el alcohol y las drogas, pero también por un exceso de sueño, o cuando la persona está sometida a un estado emocional muy fuerte, como puede ser una preocupación, un estrés, o una depresión.
Finalmente, deben mencionarse otros dos factores que contribuyen a una conducción segura: en primer lugar el conocimiento que debe tener el conductor del reglamento del tránsito, y en segundo lugar la capacidad para interpretar las señales viales, que -por increíble que parezca-, un importante porcentaje de conductores no sabe interpretar. En efecto, no saben interpretar los letreros camineros, como un aviso de puente, un aviso de altura máxima, una señal de pendiente pronunciada, o las líneas del pavimento. Estos conductores son verdaderos “analfabetos viales”, que potencian la posibilidad de un accidente, especialmente en las carreteras.
1 comentario:
Anteayer la Presidenta anunció en su discurso anual que exigirán un curso de los peligros del alcohol para pedir la licencia de conducir y un nuevo sistema de puntajes en Chile.
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