20 sept 2008

PERFIL DEL EMPRENDEDOR

Una de las tareas de la psicología laboral es la descripción de los perfiles típicos que caracterizan a algunas profesiones, así como también definir los perfiles psicológicos que se requiere para llenar los cargos en las empresas. Avanzando un poco más, se han identificado también otros perfiles, como por ejemplo el perfil de la gente emprendedora, que normalmente trabaja en forma independiente.

Aunque suele asociarse emprendedor con empresario, hay algunas diferencias sutiles. El emprendedor es quien genera una idea propia e innovadora para crear algo diferente, y “se la juega” a fondo. El empresario es más bien quien apuesta a algo ya conocido y probado. Ambos asumen riesgos, pero para el emprendedor el riesgo es generalmente mayor, porque pone todo su esfuerzo, su pequeño capital, sus bienes, todo; es decir una entrega total, incluso a veces arrastrando a su propia familia.

Hay diferentes motivaciones que llevan a una persona a convertirse en un emprendedor. Entre éstas se pueden contar solucionar una situación personal, el deseo de tener un empleo independiente -sin jefe-, la necesidad interna de darle salida a su creatividad, buscar mejores opciones económicas, tener un gran nivel de energía que quiere canalizar, el gusto por hacer las cosas a su manera, brindar posibilidad de trabajo a la familia, o simplemente una plena confianza en que su idea de negocio será exitosa.

Es posible que la gran mayoría de las motivaciones recién nombradas las posean también muchas personas. ¿Pero qué hace que solamente algunos se atrevan a dar el paso de convertirse en emprendedores? La respuesta la da el perfil del emprendedor, pues pese a haber grandes diferencias individuales entre distintos emprendedores, hay sin embargo algunas características que se repiten con cierta frecuencia en la gente emprendedora.

Quizás la primera característica sea que le gusta lo que va a emprender; es “su negocio”, y le produce una gran motivación. Esto lo lleva a disfrutar de su trabajo, en vez de sentirlo como una pesada carga. Otro rasgo importante es la disposición al riesgo, ya que la puesta en marcha de su idea involucra posibles fracasos, que está dispuesto a asumir. También se ha observado una mayor disposición al cambio, así como a aceptar puntos de vista diferentes. En relación a esto, una característica esencial parece ser la independencia de juicio, es decir atreverse a creer en sus propias ideas, percepciones y pensamientos antes que en la forma convencional de mirar el mundo. El emprendedor cree en lo que él piensa, aunque los demás traten de persuadirlo de que está equivocado.

También es importante señalar que el emprendedor integra el trabajo a su proyecto de vida; en una conversación social por ejemplo, se le puede escuchar durante largo rato hablar con entusiasmo de lo que hace y de lo que está proyectando. Es decir, el trabajo es para él la vía principal de autorrealización. Es, las más de las veces, su principal interés en la vida. Esto conlleva otra característica, que es el interés por la calidad y la motivación de logro, pues dado que le gusta tanto lo que hace, quiere hacerlo mejor aún.

Otras características que pueden mencionarse son la energía personal y la capacidad de trabajo, más desarrolladas que en los demás. Esta misma energía es la que aplican para luchar contra la adversidad, ya que los inicios de la actividad que emprenden es difícil, pues siempre está sujeta a cambios bruscos, y muchas veces negativos. Y esto constituye el último rasgo: su capacidad de salir adelante de las crisis, a veces recurriendo a nuevas ideas creativas, o bien comprometiéndose más todavía con su propio proyecto.

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