El Desarrollo Organizacional es un conjunto de acciones e intervenciones que se llevan a cabo en una empresa u organización, y que pretenden mejorar la efectividad de la misma así como el bienestar de los empleados.
El Desarrollo Organizacional –o simplemente D. O.- se basa principalmente en los conocimientos que han ido aportando las ciencias sociales, y especialmente la psicología social. De hecho, los inicios del D. O. comienzan en la década de los cincuenta y sesenta, con una serie de experimentos psicológicos que demostraron que las personas eran capaces de autorganizarse y mejorar su desempeño cuando iniciaban una tarea, si ponían en práctica los principios de buen funcionamiento y desarrollo de los grupos. A su vez, el mecanismo impulsor del D. O. fue la excelencia organizacional en sus muchas formas: productos, servicios, satisfacción del cliente, satisfacción laboral, etc.
Lo aspectos más esenciales del D. O. son el manejo del cambio, la transformación de la cultura de una empresa, la revisión de los procesos y la estructura misma de la organización, utilizando una perspectiva total de sistema. Y este concepto de sistema es de gran importancia, porque en un sistema un cambio en una parte del mismo lleva a su vez a nuevos cambios en las demás partes del sistema.
Esto requiere entonces de gran cuidado y una planificación cuidadosa. Por lo tanto, cuando una empresa inicia un D. O., tiene que partir por un diagnóstico lo más completo posible, a partir del cual se esboza un plan de intervenciones y acciones. En todo D. O. hay tres componentes básicos: el cliente –que es la empresa-, el asesor o agente de cambio, que es quien llevará a cabo el proceso, y la intervención misma, que son las acciones concretas que se implementarán.
El D. O. tiene una serie de estrategias y técnicas. Entre éstas se cuentan en primer lugar el uso de encuestas aplicadas al personal, y que entregan una panorámica general de las deficiencias que hay que superar. Luego se puede mencionar el entrenamiento en sensibilización, que es preparar a la gente para el cambio que viene, de modo que logren comprenderlo y aceptarlo. Otra de las técnicas es la revisión de los procesos que ocurren en la empresa, haciendo un análisis exhaustivo de los mismos. La buena integración y funcionamiento de los equipos de trabajo es otra técnica, y finalmente el desarrollo intergrupal, es decir que los diferentes equipos sean capaces de cooperar entre sí en lugar de competir, y lograr de este modo mayor sinergia.
El paradigma del D. O. está sustentado en valores humanistas, y valora por tanto el crecimiento humano y organizacional, el proceso participativo y de colaboración y el espíritu de búsqueda. Conceptos como poder, autoridad, control, conflicto y coerción son en general poco considerados por los asesores o agentes de cambio que llevan a la práctica el D. O.
En el D. O., más que esperar que llegue un gran experto a la empresa a decir lo que hay que hacer y proponer cambios, se hace un trabajo en conjunto. Es un proceso colaborativo, en el cual el asesor trabaja muy de la mano con la gerencia de la empresa, proporcionado conocimientos pero también mucha empatía y capacidad de escuchar, de tal modo que se establezcan estrategias y planes en conjunto, cuyo fin principal es el desarrollo tanto de los empleados como de la organización.
El Desarrollo Organizacional –o simplemente D. O.- se basa principalmente en los conocimientos que han ido aportando las ciencias sociales, y especialmente la psicología social. De hecho, los inicios del D. O. comienzan en la década de los cincuenta y sesenta, con una serie de experimentos psicológicos que demostraron que las personas eran capaces de autorganizarse y mejorar su desempeño cuando iniciaban una tarea, si ponían en práctica los principios de buen funcionamiento y desarrollo de los grupos. A su vez, el mecanismo impulsor del D. O. fue la excelencia organizacional en sus muchas formas: productos, servicios, satisfacción del cliente, satisfacción laboral, etc.
Lo aspectos más esenciales del D. O. son el manejo del cambio, la transformación de la cultura de una empresa, la revisión de los procesos y la estructura misma de la organización, utilizando una perspectiva total de sistema. Y este concepto de sistema es de gran importancia, porque en un sistema un cambio en una parte del mismo lleva a su vez a nuevos cambios en las demás partes del sistema.
Esto requiere entonces de gran cuidado y una planificación cuidadosa. Por lo tanto, cuando una empresa inicia un D. O., tiene que partir por un diagnóstico lo más completo posible, a partir del cual se esboza un plan de intervenciones y acciones. En todo D. O. hay tres componentes básicos: el cliente –que es la empresa-, el asesor o agente de cambio, que es quien llevará a cabo el proceso, y la intervención misma, que son las acciones concretas que se implementarán.
El D. O. tiene una serie de estrategias y técnicas. Entre éstas se cuentan en primer lugar el uso de encuestas aplicadas al personal, y que entregan una panorámica general de las deficiencias que hay que superar. Luego se puede mencionar el entrenamiento en sensibilización, que es preparar a la gente para el cambio que viene, de modo que logren comprenderlo y aceptarlo. Otra de las técnicas es la revisión de los procesos que ocurren en la empresa, haciendo un análisis exhaustivo de los mismos. La buena integración y funcionamiento de los equipos de trabajo es otra técnica, y finalmente el desarrollo intergrupal, es decir que los diferentes equipos sean capaces de cooperar entre sí en lugar de competir, y lograr de este modo mayor sinergia.
El paradigma del D. O. está sustentado en valores humanistas, y valora por tanto el crecimiento humano y organizacional, el proceso participativo y de colaboración y el espíritu de búsqueda. Conceptos como poder, autoridad, control, conflicto y coerción son en general poco considerados por los asesores o agentes de cambio que llevan a la práctica el D. O.
En el D. O., más que esperar que llegue un gran experto a la empresa a decir lo que hay que hacer y proponer cambios, se hace un trabajo en conjunto. Es un proceso colaborativo, en el cual el asesor trabaja muy de la mano con la gerencia de la empresa, proporcionado conocimientos pero también mucha empatía y capacidad de escuchar, de tal modo que se establezcan estrategias y planes en conjunto, cuyo fin principal es el desarrollo tanto de los empleados como de la organización.
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